Los imperdibles secretos del Valle de Lluta

Las obras, con una data que fluctúa entre los años 1100 d.C y 1400 d.C., bordean el camino del río. Allí pueden observarse representaciones antropomórficas como el Hombre Gigante de Lluta. Las figuras humanas destacan entre las que representan animales: Llamas, felinos, águilas, sapos y monos son algunos de los animales que representaron en las laderas de los cerros.

Cobran especial interés geoglifos como La Rana, en el Km. 3 1/2;

El Águila en el Km 5 1/2 y los gigantes, en el 10 1/2 Km.

Las obras de arte rupestre se realizaron con acumulamiento de piedras. Sin embargo, no son el único patrimonio arqueológico del valle.

En el Km 17 se encuentran los petroglifos de Rosario, con diseños de figuras antropomorfas y zoomorfas grabadas en piedra, mientras que en el Km 5 se encuentran las colcas del Huaylacan, depósitos subterráneos para conservar alimentos en la época prehispánica.

 Sus frutos no son el único atractivo. El Cerro Sombrero, además de los geoglifos de Atoka, cuenta con una aldea prehispánica, mientras en Cerro Sagrado, en el sector Pampa Alto Ramírez, se hayan dibujos en piedra con una data de más de 600 años.

Desde el mirador de Las Llosyas se pueden observar sitios arqueológicos con más de mil años de antigüedad. El pucará de San Lorenzo ofrece una visión a las habitaciones de quienes vivieron entre el siglo VIII a.C. y el año 1000.