Su estupendo clima, colorido entorno y diseño colonial hace de este pueblo un imperdible en el extremo norte de Chile.
Con una altitud media de 3.240 metros sobre el nivel del mar, clima grato y el fuerte contraste entre los cerros del desierto y los campos de pastoreo, el pueblo de Belén, en la comuna de Putre, provincia de Parinacota, es un destino obligado para quienes disfruten de la historia, la tradición y la belleza de los paisajes del altiplano andino. Fundado por españoles en 1625, quienes aprovecharon las buenas condiciones para incorporarla a la llamada Ruta de la Plata, conserva una distintiva arquitectura colonial de calles empedradas con un canal de agua y viviendas de adobe con fachadas restauradas utilizando técnicas ancestrales. Actualmente, unos 150 habitantes conservan la historia de este importante caserío, que oficia como centro de intercambio para la comunidad indígena.
Muy cerca de Belén se encuentran vestigios arqueológicos que datan del periodo prehispánico, demostrando la importancia de la zona incluso antes de la fundación del pueblo. El pucará de Ancopachane, término de origen quechua referido a fortificaciones realizadas por las culturas andinas y que se encuentran desde Ecuador hasta el noroeste argentino, ubicado en una terraza frente al cementerio de Belén, se compone de unos cien recintos circulares y rectangulares. Un muro de piedra lo separa del pucará de Chajpa, construcción de origen incaico. El pucará de Belén, también llamado Huaihuarani, en tanto, se ubica a 6 km del pueblo y a 100 metros sobre el río, y pertenece al conjunto de Monumentos Nacionales.
En el poblado se encuentran dos templos de gran relevancia para su comunidad. El primero es la iglesia de San Santiago de Belén, monumento histórico que pertenece al conjunto de Monumentos Nacionales desde el año 2012. El templo, construido a base de adobe -ladrillos de barro y paja- y piedra, erigido en honor a San Santiago de Belén. La iglesia cuenta con una nave principal y un campanario y posiblemente fue construida en el siglo XVI, junto a la fundación del pueblo.
El segundo recibe el nombre de Iglesia de la Virgen de la Candelaria de Belén, también conocida como Iglesia de Nuestra Señora de Belén, con una data de construcción probable entre los siglos XVIII y XIX. Esta, de mayor tamaño, cuenta con una portada de estilo barroco en piedra labrada, columnas talladas en espiral, friso superior con figuras y el resto del pórtico tallado en piedra, al igual que su portal lateral. Su interior está decorado con más de 20 imágenes, entre las que se destaca la Virgen de la Silla y un retablo en madera policromada. Ambas iglesias mantienen su trascendencia en la comunidad, lo que se manifiesta a través de las fiestas patronales y la existencia hasta hoy de oficios tradicionales como fabriqueros, alférez y mayordomos. El poblado se encuentra a unos 148 kilómetros de Arica por la ruta CH-11, a unas dos horas y media de la ciudad. Para llegar desde Zapahuira, se deben recorrer 30 km por la ruta A-31.
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