La magia y costumbres del Pueblo de Socoroma

La ubicación privilegiada de Socoroma, rodeada de volcanes y terrazas de cultivos, la convierte en el lugar ideal para aclimatarse ante subidas a otros parajes, como Putre o el Parque Nacional Lauca. La siembra en andenes, sumada a la gran altura e importante oscilación térmica a lo largo del día, estresa a las plantas de orégano, uno de los productos reconocidos de la localidad. La cosecha de orégano, que se realiza dos veces al año, impregna de su aroma todo el lugar, y forma parte importante de la deliciosa gastronomía local. La ganadería de camélidos, junto a la agricultura y los trabajos textiles, son otra de las actividades económicas del poblado.

Uno de los puntos de atención del pueblo, además de un imperdible para los visitantes, es el templo de San Francisco de Asís de Socoroma, centro del conjunto ceremonial católico-andino del lugar, compuesto por la torre del campanario, posas, calvarios en las cumbres cercanas y el cementerio. El primer registro del templo data de 1560. Siendo reconstruida en diversas ocasiones, la iglesia cuenta con elementos del barroco mestizo y del neoclásico republicano. Construida con adobe, ladrillos de barro y paja, la técnica de par y nudillos, el portal lateral da cuenta de sus orígenes barrocos. En el año 2005, poco después del terremoto de la zona norte, la iglesia fue declarada Monumento Nacional.

Las tradiciones y costumbres de los habitantes de Socoroma se hacen especialmente patentes durante sus festividades. Cada 4 de octubre se celebra la fiesta patronal de San Francisco de Asís, comenzando con una challa ceremonial. En noviembre, en tanto, se celebra el Pachallampe, o fiesta de la papa, en la que se hace la entrega de los cargos tradicionales. En mayo es la celebración de Las cruces, de gran importancia para el mundo andino. Otras actividades, como la fotografía de los cactus candelabro, el trekking por el camino del inca y el disfrute de la gastronomía local, pueden realizarse durante todo el año.