Pasado y Presente se unen Valle de Azapa

  A nivel mundial son reconocidas las aceitunas de Azapa, famosas por su gran tamaño, sabor amargo e intenso tono violeta. Estas cuentan con un sello de origen, para diferenciarlas de sus competidoras.

Las plantaciones de tomates son también usuales en el valle, oficiando como surtidores para el resto del país en contratemporada.

 Sus frutos no son el único atractivo. El Cerro Sombrero, además de los geoglifos de Atoka, cuenta con una aldea prehispánica, mientras en Cerro Sagrado, en el sector Pampa Alto Ramírez, se hayan dibujos en piedra con una data de más de 600 años.

Desde el mirador de Las Llosyas se pueden observar sitios arqueológicos con más de mil años de antigüedad. El pucará de San Lorenzo ofrece una visión a las habitaciones de quienes vivieron entre el siglo VIII a.C. y el año 1000.

A 12 km de Arica, en pleno valle, se encuentra además el poblado de San Miguel de Azapa. Allí se encuentran vestigios de las diversas culturas que habitaron el lugar. Hasta hoy, en el lugar se observan tradiciones conservadas por la población afroazapeña, herederos de la cultura traída por las primeras personas negras esclavizadas que llegaron a Chile. 

En las cercanías del pueblo se encuentra además el Museo Arqueológico de San Miguel de Azapa, perteneciente a la Universidad de Tarapacá. En el lugar los visitantes pueden sorprenderse con el parque de petroglifos, tejidos y cestería andina, una prensa para extraer aceite de oliva que data del siglo XVIII y la colección de momias chinchorro, las más antiguas del mundo, momificadas con una técnica en arena hace unos 9 mil años.

La entrada tiene un costo de 2000 pesos. La atención es de martes a domingo de 10 a 17 horas de marzo a diciembre y se extiende hasta las 18 horas en verano.