Un Símbolo de la región Morro de Arica

    La ubicación estratégica del Morro de Arica lo convirtió en el escenario de la batalla del 7 de junio de 1880, conocida como el Asalto y Toma del Morro, la que significó la soberanía de Chile sobre la región tras la Guerra del Pacífico. Soldados de ambos bandos fueron homenajeados por su valentía, bautizando numerosas calles en su honor, especialmente en el sector céntrico de la ciudad, además de bustos y estatuas.

    Parte de lo que se vivió en el histórico peñón se encuentra documentado en el Museo Histórico y de Armas del Morro de Arica, ubicado en la cima del morro y fue inaugurado en 1974. Allí se pueden apreciar uniformes, indumentaria y documentos de la época, además de una exhibición de las armas utilizadas por el Ejército Chileno desde finales del siglo XIX hasta 1960.

    El museo cuenta con visitas guiadas y un sistema de visualizaciones con Realidad Aumentada. En los alrededores pueden observarse cañones antiguos y un monumento al soldado desconocido. A pocos metros se encuentra el Cristo de la Concordia, también llamado de la Paz, monumento de 15 toneladas y 11 metros de alto que celebra la paz entre Chile y Perú.

    Sin embargo, tan impresionante como su historia es el paisaje que puede observarse desde la cima. Inmediatamente hacia la izquierda, en el sector poniente, se tiene una excelente vista de las playas de Arica y la Ex isla el Alacrán. Los trabajos en el puerto, barcos que arriban desde diversas partes del mundo y algún crucero, especialmente en la época de verano, adquieren una nueva perspectiva.

    Para dar cuenta de la cercanía de Arica con el vecino país de Perú, a la distancia y en días bien iluminados, puede incluso verse parte del balneario de Palos, correspondiente a Tacna. Las montañas La Caplina y Chupiquiña también pueden divisarse cuando está soleado.

    Al pie del Morro, en tanto, se tiene una linda vista de la Catedral San Marcos de Arica, la Casa de la Cultura de la Ex Aduana y la Gobernación Provincial, en lo que se conoce como la Cuadra de Eiffel, dado que estas construcciones fueron diseñadas en sus talleres.

   Las plazas y el casco antiguo de la ciudad pueden verse claramente, ofreciendo una atractiva postal. Al fondo, montañas y volcanes como el Tacora dan cuenta de la particular geografía de la región, a la vez que muestran un bello espectáculo.